Me he ganado este derecho , anacoreta.
Enfilaré mis dolorosos pies
por los caminos de adentro,
si me pierdo en el recuerdo
ve a reclamarle a tus ausencias,
mi nombre esta grabado en tu memoria
con la honrada intrepidez de alguna lágrima.
Te dejo como testamento,
la hora mas negra de la noche,
esa que precede al amanecer
allí cavé los pozos donde sepultar
mi voz enronquecida de penas
pero vaciados los cántaros de envidias,
de mi boca jamas escucharas un arrogante, mío,
prefiero pronunciar unidos.
! Ay ! si supieras como me desquicia,
esa mentira gigante de los egos ...
Escotoma en el alma del que quiera ver
egoísmo en mi palabra,
y por eso me voy .
Te heredo , la mengua de mis doce lunas ,
cuando la inocencia aun danzaba en mis ojos
la huella indeleble de mis dedos en tu rostro,
la raíz de mis delirios para que broten
perfumadas margaritas en tu vientre.
Te regalaré el siseo de mis huesos
a través de los tiempos constelados.
Te dejo con tu paz, mi muchacho de siglos,
de palomas en las manos
fiel amigo y portador de mis palabras,
las mismas que con tesón guardas en tu pecho,
no olvides que mil vidas ya han pasado
bajo nuestros puentes
y el eco del pasado se acerca con premura,
allí te espero , mas allá de estas fronteras.
Alejandrina.