Eres una mujer . . . .
de belleza incomparable,
la belleza interna
magnifica a la belleza exterior;
por sus nobles sentimientos.
En ti, es inherente
todo lo mejor que el Señor otorga
a seres elegidos . . . . .
seres maravillosos y excepcionales,
tu eres uno de ellos.
Gracias por ser como eres.