Sentada una tarde de verano, en un parque retirado,
entre las raíces de un viejo y hermoso árbol, sola cuando los niños
que jugaban ya se habían marchado, dejé volar mi fantasía,
me acordaba y extrañaba, la niñez, la infancia, la inocencia de una
etapa, una manera de pensar, vivir y una forma de sentir....
Por un rato tenía ganas de volar, de que mi fantasía me volviese a
regalar, aquellos momentos tan maravillosos de los que pude disfrutar,
de ese cuento tan fantástico, que me hacía suspirar, del que
mi imaginación crecía y me trasladaba a otro lugar, a un sueño
de fantasía, del que no quería despertar...
En aquel árbol me quedé dormida, y de repende me encontré en el País
de Nunca Jamás, campanilla revoloteaba, no dejaba de mirar, Peter Pan
con su espada a Garfio quería atrapar, mientras el reloj no paraba
tic...tac...tic...tac..., y sobrevolando se marcharón a aventuras sin más
les esperaban los niños, niños que no querían crecer más.....
Y mientras peter se marchaba, alguien me llamaba, una dama preciosa
que un zapato buscaba, lo había perdido en un baile y estaba muy
preocupada, pues si su madrina se enteraba como menos la desterraba,
un corcel con un príncipe el zapato le llevó, y como una verdadera
princesa el amor triunfo........
Al despertarme ya había oscurecido, mi sensación no podía explicar,
no tenía ni palabras, al volver a recordar, y sentirme protagonista de un
mundo sensacional, del que no olvidaré jamás, y que cada vez que me
apetezca solo tengo que cerrar los ojos y pensar, porque ellos nunca
mueren y siempre nos acompañaran de maravillas y de encantos que un
niño puede imaginar..........
Y de camino a casa una luz especial brillaba, que a su paso destellaba, preciosas estrellas, que mi retorno iluminaban....................Campanilla revoloteaba................
" No podemos ser niños eternos, cada etapa de nuestra vida es una enseñanza a valorar, y por todas ellas tenemos que pasar, pero si algún día añoramos ese sentir tan especial, solo tenemos que llamarlos que ellos siempre acudiran...."