Llegaste un domingo
Cuando no te esperaba
Era un día tranquilo
Todo estaba muy quieto.
Ni el susurrar del viento
Alteraba el momento.
El cielo despejado
Se confundía con el mar
Llegaste un domingo
Cuando no te esperaba
traías en las manos
tu infaltable guitarra
y en seguida cantastes
con tu voz músical
un dulce madrigal
y se acabo el silencio
todo volvió a la vida
porque tú te quedaste
y desde ese domingo
ya nada sigue igual.
El mundo es bullicioso
todo es felicidad.
pero el silencio torna
a mi alma tranquila
cuando extasiada
escucho tu dulce madrigal.