Vivo en un mundo sin valores emotivos,
Perdí toda mi afectividad en trabajos sibilinos,
Llenos de horas desvalidas y descansos perdidos,
Trabaje mis últimos treinta años entre demonios…
Y ahora no tengo nada solo enfermedades,
Que cubren todo mi cuerpo con dolores malditos
Guerras abiertas en mí ser sin responsabilidades,
La línea discontinua la dominan mis enemigos…
Guerreros sumergidos en el rio de mi sangre,
Que avanzan firmes hacia el final de mi destino
¿Dónde está mi suerte, Campos de vida alegre?
Sonrisas que vivieron dentro de mí, se han perdido…
Un regimiento de medicinas azota mi depresión,
Pero sin mis pastillas ahora seria alma celeste,
La cavidad de mi cuerpo estaría en un panteón,
Por eso descanso en mi débil y cruel pesebre…
Anulado para todo trabajo con mil horas de tele
Buscando sonrisas para olvidar quien soy,
Dejándome llevar por el rio de mi mala suerte
Sin saber de dónde vengo, ni hacia donde voy
Vivo entre olvidos, por la demencia de la muerte.
¡Tengo cincuenta y ocho años y siempre viví en el alambre del circo que soporta mis depresiones y la mala suerte!
Modesto Ruiz Martínez / martes, 04 de septiembre de 2012