Luna de dos mares, logras sentir la densa espuma de del mar muerto, donde no se escapa ni una vida, donde las sombras profundas en el deseo asoman la imperceptible pero viviente esperanza que alcanza la confinidad de cada noche.
Luna de dos mares, acudes al sol para robarle un poco de su brillo, consumes de él la sustancia eterna, que te mantiene siempre ante la triste expectativa de la siguiente mañana.