Así, sin tiempo apegada a tu cuerpo,
bebiendo sorbo a sorbo cada uno de tus besos.
Amaneciendo en ti recorriendo tus montes tus valles,
eres mi alimento.
Mi sed de ti, no se sacia aunque mis labios estén yertos.
Mi cuerpo se anida a tu reposo mis ansias surgen sin tiempo,
sin preámbulos hipócritas que oculten mi deseo.
Me anido a tu lengua la dejo entre la mía despiadada buscando,
hurgando esta codicia que no cesa de hundirme en tu alma,
hasta que la locura se lleve toda cordura,
de pasión que abraza quema y aniquila.
Fundida sin tiempo a tu cuerpo temblando de deseo ,
sin pudor haciéndote mío, siendo tuya sin tregua sin aliento.
Mi sed no tiene sosiego, amándote revivo,
soy tierra fértil que fluye de prisa cada espacio de tu carne.
Bebiendo tu savia florezco en armonía,
placer que cautiva haciendo derroche en carne viva.
Te quiero así, intensamente cada vez con más brío,
y no habrá cansancio que sosiegue mi desvario,
de tenerte conmigo, de llevarte en mi sangre,
de besarte y tenerte sólo mío.
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