Déjame contemplar el silencio de tus silencios,
Déjame augurar que tus momentos
Esa sed que gritan tus ojos desesperados
Sean copados en el arropo de mis abrazos.
Enmudece y ahoga tus intentos vanos
Que mis besos profesaran todos tus anhelos.
Mira a través de mis inquietas y osadas manos
Que volando sin rumbos orientan sagaces tus contornos
Como palmeras oscilantes los impetus de mis embestías
Apasionadas desbordan tan locura y tantas ansias.
Déjame acallar las tertulias de tus labios
Que sea mi palabra la que ahogue tus afanes
De pronunciar un te amo, un gemido apasionado,
O quizás tus lágrimas impidan musitarlas
Por el gozo que mi pasión te sumerge…
Que te arrebata y te lleva al abismo del desquicio lujurioso.