La luna, que se asoma en la cornisa
al mar de los silencios - tu mirada-,
se adormece con su luz plateada
en tu tibio rubor y en tu sonrisa.
Por tu piel tersamente se desliza
un verso con su letra apasionada,
que es caricia en la tenue madrugada
y será chispa, leño, ardor, ceniza.
Un susurro, dulce himno de tu boca,
enciende los besos, invade, puebla
la bruma en una suave melodía
(y el ansia contenida se desboca).
Con el alba apretada en su tiniebla
mi sueño se confunde con el día.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.