Tu cruel indiferencia me lastima,
sabiendo que te amo firmemente,
y el escenario real en que se estima
a la primera actriz ¡Tu!...amorosamente
¡Abré tu corazón! la felicidad toca a tu puerta
no la cierres con aldabas ni candados
deja toda posibilidad abierta
aparta de tu vida pensamientos malhadados.
¿Quien si no nosotros, bella mía
debemos buscar, nuestro destino?
¡realidad absoluta, cual debía!.
Ven acompañamé....rehagamos el camino,
tentaciones hostiles no serian.....
si tornamos la oscuridad en diamantina.-