Mis vicios y los demás
Vencido por los vicios de este mundo,
que asumo como cosas naturales,
no siento que esto sea tan inmundo
al no ser mis pecados capitales
-tan leves que tan solo son veniales-.
Presumo de vivir a mi manera
y así pretendo hacerlo hasta que muera.
No acepto a quienes tratan de juzgarme
diciendo que son actos inmorales,
tan solo por no poder imitarme
me envidian casi todos los mortales,
cansados de sus vidas tan banales
atados a la rueda de la vida
sin fichas que jugar en la partida.
Me gusta disfrutar de los placeres
-y sobre todo si estos son carnales-
siendo mi perdición esas mujeres
que algunos tildarán de liberales,
y pagan por sus servicios sexuales.
¡Maldita hipocresía decadente
que vuelve la cabeza, indiferente!
Esconden sus rostros, avergonzados,
ocultando sus deseos ancestrales
diciendo que los tienen dominados,
domados los instintos animales
pretenden parecer seres normales,
y saben que son unos reprimidos
que siempre sus orgasmos son fingidos.
© Eduardo González Cuartango
05/09/2012