Abel Niquinga Ruiz

AL PECADO SIEMPRE PRESENTE…

AL PECADO SIEMPRE PRESENTE…

A la Iglesia del Mundo

 

No me rueguen y no insistan; pues,

mi carne es más débil que una paloma.

No puedo ser sacerdote.

 

Mi palabra es seductora

y es tan cálida como la de Cristo

atrae mucha tentación.

No me rueguen y no insistan; pues,

no puedo ser sacerdote.

 

Mi castidad se llevó mi niñez

dejando huellas en una mujer.

No me rueguen y no insistan; pues,

no puedo ser sacerdote.

 

Soy mentiroso por ser humano

y por mentiroso exclamo la verdad

y por decir la verdad me equivoco

por beber agua bendita del lodo.

No me rueguen y no insistan; pues,

no puedo ser sacerdote.

 

Soy comunista cristiano

un cristiano comunista

un ateo creyente

un hipócrita sin censura.

No me rueguen y no insistan; pues,

no puedo ser sacerdote.

 

Jesús me enseñó a orar

las palabras de Galeano,

Marx me enseñó a contar

los pecados del Papado,

Jesús me enseñó a rezar

mi sabiduría en el mar,

Marx me enseñó a pensar

en las formas de sanar.

 

Dramáticamente,

no me rueguen y no insistan; pues,

no puedo ser sacerdote.

 

A las mujeres del sacrificio

que pertenecen al cielo,

mi virtud de oficio,

en ellas lo hago en silencio,

como un sacramento….

 

Ellas susurran a mis oídos

hacen plegarias a los cielos

y murmuran discretamente

que no puedo ser sacerdote…

 

VICTOR ABEL NIQUINGA RUIZ

1997 - I - 4