Te busco…
en el invariable espacio
donde habitan las horas(nuestras)
Compartidas, en tiempo de un destiempo,
que duele en la piel y es abismo a los ojos y derrota.
Cenizas de tus años que desacomoda,
el equilibrio de saber que existimos
en un mundo imperfecto
solo perfecto a las palabras
(de tu boca a mi boca)
Musgo traigo en mis pies,
desencanto y mil lágrimas que aún lloro sola,
destierro de un alma que me habita
pero vive contigo en tu mano extendida
que me alcanza y me toca.
Me tienes a la deriva,
naufrago, entre tu abrazo, tu llanto y el mío,
invisible a la pupila solo el corazón siente y llora,
se deshoja de tristeza, la tristeza en tu boca,
no te alcanza mi abrigo, no te arropa,
el suspiro de amor que me late en el cuerpo ,
ni mis senos de madre te acunan,
ni mi amor de mujer que desborda.
Te desdoblas,
te muestras para mi, tan auténtico y frágil,
titubeante de inquietudes y pesares
insaciable de preguntas.
Te he visto desnudo,
poblado de recuerdos e historias,
confiesas que has vivido pero no has sentido
y es tu cuerpo el que añora,
y tu alma es anhelo,
fuego puro, no es cenizas,
es llama que se eleva y trastoca
con la fuerza voraz que devora,
los olvidos, la vida, la historia.
Me has crecido en las manos,
he crecido en tu boca,
mas has nutrido de vida, me provocas.
Te arraigas a mis uñas, a la piel de mi alma,
al centímetro exacto, donde habita el espacio
que redime la vida de un antes y un después
de soledades rotas.