Desde el universo se aquieta entre la mar y sus olas, un pedazo de luna…que ve dos caminantes dando suspiros a ella.
La cruz formada por estrellas le indicaban el camino y sus ojos se humedecían, no de penas, solo del amor que sentían.
¿Cuanto de ellos sabían?...nada conocían, si, sus corazones se enternecían por la pasión que sentían.
Ella de lejos venía y así sus ojos lo decían, pero el cariño que ella sentía por ese amor que su alma gemía, le daba fuerza de amar al que ya de lejos conocía.
Los días y las noches transcurrían y ese amor no se perdía…solo acrecentaba la pasión que se vivía…el viento movida las hojas detrás de un brisa marina…ellos más se enternecían.
Fulgurecen sus miradas debajo del cielo, solo piensan en esos sueños que ayer eran de lejos…hoy ya era realidad, ya era tangible y sus manos se podían tocar.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz