El bebè abejorro lanza zumbidos de alegría,
sus primeros pasos hoy a comenzado a dar,
sus papás fascinados en medio de una algarabía;
llenos de gozo ese tierno evento quieren celebrar.
Entusiasmados y llenos de impaciencia,
lo animan a ir hacia donde ellos esperándolo están,
y entre bamboleos zigzagueos llenos de ocurrencias;
va hacia ellos con una admirable fuerza de voluntad.
Se cae, se levanta e intenta de nuevo caminar,
y agitando de manera fuerte sus diminutas alas,
intenta sorpresivamente echarse a volar;
porque él entre las flores quiere ya merodear.
Tras muchas caídas el bebè abejorro aprendió
por medio de titubeantes y sagaces pasitos
a mantenerse de pie sin ser muy veloz,
pero sobre todo experimentó su deseo infinito
de desplegar sus alas para volar con amor.