Solitario, sí, ser tu acompañante,
limpio la lente, para verte clara,
mi paso nuevo para con tu playa,
las manos, descubren la enredadera,
que todos los días crece en el corazón.
Tomarte de la mano, haciendo aros,
en la vida, que está frente a nosotros,
planicie que se pierde en la distancia.
Junto con montañas que le acompañan,
sube y baja, camina y se detiene,
la existencia nos lleva en su vértigo,
hoy tan sofocante, ayer tan fría.
Pluma que te toma, exprime tus ideas,
despedida, con la visión fantasma,
en penumbra, imaginé tu elipse,
ojo de agua, oasis de tu cuerpo.
Vengo del desierto, te quiero beber,
lleno mis jícaras con tu cascada,
la comisura seca de los labios,
se humedece, la lengua te paladea,
no quiero acabar esta despedida.
Bajo a tu agua, arañando paredes,
las pieles hierven, por la canícula,
temporal que acerca cielos nublados,
los olores de la lluvia y mojados.
Deleita el sentido, llena de placer,
vespertino atardecer, nos envuelve,
las siete diez, tu partida en media hora,
las velas brillan ahora, en mi corazón,
están encendidas, hasta que vuelvas.
EL POETA DEL AMOR. 07-12.
MÉXICO.