Sentado en mí aposento,
pensé en lo que escribía,
acerca de aquella sonrisa,
que vi en un pequeñuelo.
Era calurosa y sensible,
a la misma vez demostraba,
que la inocencia era todo,
a pesar que estaba solo.
La risa era por su carrito,
la bulla por su dedicación,
una lagrima por hambre,
pero feliz estaba jugando,
con su juguete encantador.
Quisiera ser un rapazuelo,
ignorar lo que quieran gañir ,
escuchar lo quieran adiestrar,
estar asido a lo que mas amo,
a pesar de la lluvia y del frío.
Todos los derechos reservados de esta expresión poética por el autor Elías Luc@s 2009