Tiempo es la prisión del alma y también del espíritu, alma y espíritu sometida a la barrera de envejecer, desgastarse y ser mudados como una ropa del ayer, decimos el pasado no importa que no atormente el mañana pues aun no ha llegado, no te afanes por el mañana. Pero si detenemos y fraccionamos lo que llamamos tiempo en su mínima expresión nos daremos cuenta que nuestras vidas no son más que cúmulos de pequeñas decimas segundo que velozmente corren, como sin querer enfrentar el presente ínfimo que nunca llega. y cada instante desaparece y escapa velozmente de nuestra realidad casi sin ser percibido convirtiéndose en pasado. y si el pasado no cuenta según dicen mucho, pues ya paso, me pregunto si realmente estamos viviendo o acumulando decimas de pasado.
El tiempo no se detiene.
Siempre anda veloz hemos sido castigados sometido a su voracidad nadie escapara de su vorágine, de sus garras, muchos han buscado formulas, manantiales de juventud. Se burla de ellos el tiempo cruel, que no detiene su caminar y cada instante nos hace un poco más viejos y propenso a desaparecer en el infinito, y partiendo tal y como llegamos con la ilusión y sin comprender su complejidad.
Oh tiempo cruel y sagaz que vendes ilusiones y marchita las vidas, de aquellos que caen en tu Red , todos somos tus prisioneros pues hemos sido destinados, y a sufrir el efímero tiempo de no querer abandonar la vida, tiempo quien le dio tan bello nombre a un monstruo que destruye y marchita todo a su camino haciéndonos creer que es algo natural lo que vivimos. Cuando deberíamos preguntarnos que tanto estoy viviendo si escapa tan veloz de mi el presente. Cada segundo ya es pasado.