Soy yo y vos también
tus manos las mías y las tuyas también
los pájaros cantan, la hiena llora
es que es tan triste la historia:
era tan pobre mi coronel.
Huiste como amante por capturar,
y entre las oscuras sombras lograste desaparecer,
mas no así me has dejado a llorar,
solitaria como la paloma al amanecer.
Pálido y enfermizo, ese es todo mi ser.
Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir
es cierto, las palmas son tan vanas
pues por desgracia, tu sordera, no me deja oír.