Yoka
transcurre en mí como los días ovalados
(nublados)
y de la inquisitoria (inquisitiva)
imsensatez
de un reloj
digital.
El lado frío y nudo de la otra
poesía visceral que no escribimos,
dijo (nos)
decía... nos
dijeron ayer…
…que la concupiscencia no es
(y no va a ser)
una
figura retórica…
Hay un pozo de peces que la noctevidad
atrapó como ojos junto con
algo
de los venenos viles de las boas
de mar (aracnofóbicas)
y de las insomnioticas (insomniohistéricas)
y tan
derrititivas
confesiones de ninfulas
que dicen:
“que curioso resulta
descubrir un poema
sobre los recetarios ilegíbles
de la
comida china…”
por citar un ejemplo.
Hay algo que sabemos hacer bien,
no hay quién nos gané el premio en la
monogámica-lupo-trági_por poco_cómica tarea
de existir.
FIN