Hoy me siento contrariado
por obsequiarte mi vida…
ya la siento tan perdida
por estar de enamorado.
Pero la causa es prendida
por haberte ya besado;
por haberme castigado
abriéndome más la herida.
Este dolor que se clava
como una daga mortal
es un dolor que sembraba
mi propio orgullo letal.
Por eso cesó la lava
el fuego no me hizo mal.