Hoy serían ochenta y dos años cumplidos
Y quizás tu cuerpo empezaría a doblarse
Pero nunca tu fortaleza de mujer
Mamita, en mis recuerdos te mantienes
Bella, lozana y altiva con esa elegancia
Que hacían de ti una mujer hermosa
Que atrapaba la mirada de todos a tu paso.
Siempre elegante en tu sencillez.
Siempre con ese donaire tan tuyo
Tan singular que era la admiración
De todos quienes te veían.
Yo al igual que todos te admiraba
Te adoraba, y hoy te extraño
Como el primer día en que te fuiste.
Vives en ese lugar tan especial
Del corazón de toda hija.
¡Te amo mi bella!