Color pintado, de la fértil tierra,
prodiga amante, de amorosos brazos,
se siente la ternura que me encierra,
cuando todo me rodean tus abrazos.
Adivino que hay en tu calor fecundo,
semilla fértil, que del amor explota,
del abismo del surco, más profundo,
cuando está humedecido por tu gota.
Dulce ósculo, al sellar en mi mejilla,
se percibe la fuerza que renace,
en la copiosa y abundante trilla,
viene, porque tu corazón la hace.
¡Morena, morena de mis encantos!
¡Qué yo diera, por tus campos sembrar,
poder regarlos, con salobres llantos,
y con el ser completo, poderte amar!
EL POETA DEL AMOR. MÉXICO.