Hugo Emilio Ocanto

Poema: ExcluĂ­rte de mis pensamientos Grabado)

Hacerte comprender,

tan difícil es.

Me dijiste que era yo

el que no comprendía.

Tal vez estés en lo cierto.

Pero esto que yo siento,

no puedo arrancarlo

de mi corazón.

Sentimientos de un enamorado

de una viuda mujer

que se ha vuelto a enamorar.

Lo triste es, que no

de mí, de otro.

Pero tú sabías que

antes de que tu marido

partiera, para no estar

más en este mundo,

yo te amaba.

Claro, cómo voy a ser

correspondido, si tú nunca

me has amado.

Conozco los sentimientos

que tienes hacia

tu nuevo amor.

Conozco qué se siente

al estar enamorado.

Porque yo lo estoy

de ti. Igual

tengo que decírtelo.

Desahogar mis sentimientos,

diciéndotelos.

Tú los conoces.

Te los reitero.

Este profundo amor

que siento sin ser correspondido

por el tuyo.

Mi amor es pecado, lo sé,

porque soy casado.

Pero no feliz.

Comenzó esta infelicidad,

el día en que te conocí.

Hace un año.

Tiempo que he estado

pendiente de tu vida,

sabiéndome infiel hacia

la mujer que llevé

al altar. Promesa de amor

que hice delante de Dios.

Y que ahora, sin concretar

nada nunca contigo,

estoy faltando a mi promesa.

Este amor no correspondido,

esta necesidad de ti.

Pero otro me ganó

en esta batalla

de sentimientos.

He sido muy crédulo al creer

que podría tener algo contigo.

Me sonrojo al pensar

que mi esposa llegase

a enterarse de este

sentimiento por ti.

Un sentimiento que

tendría que arrancármelo

del alma. Pero no puedo.

Pienso... que mi actitud

no es la correcta.

Soy consciente de ello.

A veces me pregunto

si es amor o si es deseo...

Solo con mi pensamiento,

hablándote estoy, mujer.

No estás conmigo.

Pero tú sí estás en mí.

Mi mente tiene la obligación

de decirte adiós.

Excluirte de mis pensamientos.

Mi esposa me da placer.

Y tiene ella el mío.

Somos dos cuerpos que amándonos,

somos felices. Entonces...

por qué esto que siento...

Infidelidad interior.

Absurdo corazón,

deja de tener esperanzas,

nunca serás correspondido.

Seguiré mi camino.

El de la resignación.

El camino del olvido.

¿Podré olvidarte?

Si nunca te he tenido.

Trataré de olvidarte, mujer.

Tú sigue amando a quien amas.

Tu esposo murió,

y tienes un nuevo amor.

Yo, debo llegar a casa.

Ella está esperándome.

Tengo que llegar a ella.

Abrir la puerta. Llamarla

por su nombre.

Verla, abrazarla y besarla.

Y entregarle, nuevamente,

para siempre, mi corazón.

Solo tengo que decirte adiós.

Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto-08/09/2012)