En medio
de la lluvia tormentosa
con los ojos sin tacto
entrecerrados
a un paso
del acantilado
mi alma
brinca
a un columpio
de relámpagos
y columpia
en los eternos segundos
previos
a que retumbe el trueno.
Cuando el trueno se va
tropezando
en las montañas
mi alma duerme
sonriendo
y yo la miro
compasivo
y me pregunto
si sabe lo que estaba haciendo.