Casi nos ha ahogado esta lluvia
no lavó la heridas de mi alma,
ni humedeció la sequedad
quebrajeada de mi soledad.
Ni trajo vida, luz, ni melodía
dejó el dolor intacto
por el amor deseado tanto,
ni su ruido de cristales rotos
sonorizó el beso agigantado
en los ríos secos de mi piel.
Ni unió el campo sediento
con el cielo gris y harapiento.
Muere el día en la lejanía,
tiñe todo de oscuridad
la lluvia turbia ,sin armonía.
El aire pálido roza
el cielo de fango en gotas.
Las últimas hilachas agonizan
por las desoladas calles frías,
los árboles me cercan y giran
muerde la tarde tu recuerdo...
Pasan en silencio las gotas de negro
de su propio entierro van en el cortejo.
Muere el día en la lejanía
anochece en mi tierra cordobesa;
recordando nuestras algarabías.
Silente amanece ya el Suquía,
¡AY!!!aunque la lluvia me duela
sentir tu amor... me hizo poetisa!!!