El Paraíso tiene que oler a jazmín,
a azahar, a dama de noche, a azucenas,
a flores con olor a luz de estrellas.
A tormenta que se marcha,
A tierra seca recién mojada.
A niños jugando a la pelota,
a un bebe que se baña.
A ti cuando me aprietas,
A ti cuando me sacias.
El paraíso tiene que oler a jabón,
a cara lavada por la mañana,
a sudor fresco de mujer de un minuto bañada.
A manantial escondido entre zarzas.
A labios mordidos, a besos entregados
a amor de amantes, para siempre amados
recogiendo sus cuerpos,
hasta que del alma se salen
gritando versos rimados .
Manuel Jesús Martinez Moreno