Te invito con un mate amiga mía
para tratar de olvidar nuestros dolores,
que esta infusión dulzona compartida
ayude a menguar nuestros temores.
La vida ha sido dura con nosotras,
no tuvimos instantes de alegrías,
recorrimos caminos muy sinuosos
y siempre fue frustrante la subida.
Nuestros soplos de vida fueron cortos
tratando de impedirnos la huída,
mojándonos los ojos en silencio
el tiempo nos ganaba la partida.
Hoy volvimos al lugar exacto
donde un día aprendimos a vivirla,
acá están las raíces enterradas
y una planta que resiste bien erguida.
La tierra ha sido buena y fértil
y el árbol enraizó enseguida,
los vientos lo embistieron brutalmente
mas nunca lograron su abatida.
Riamos entonces mi querida amiga,
no todo ha sido entrada y despedida.
Comencemos recogiendo esos frutos
que nos regala el árbol de la vida.