Doña jirafa… ¡qué aburrido!
Estar siempre viendo para arriba
A ver si en paracaídas viene un niño
La cebra… ¡No, esto no es vida!
Entre rejas buscó y buscó,
la caricia de un niño
El elefante… ¿qué pasa?
¿Desde cuándo mis orejas
asustan a los niños?
El chango… ¡no puede ser!
No me sabe saltar de una rama a otra
¿A quién le hago gracia?
El león: y ahora ¿qué hago?
¿Se asustarían los niños con mi cara?
¿Tan feo estoy? Realmente soy el rey de la selva?
Y aquí… no debería estar.
El lagarto:… ¡esto ya no me está gustando!
Tan solo ver a los niños me divertía,
ya que tenía estrictamente prohibido comérmelos.
El caballo salvaje ¡era más divertido antes!
Por lo menos corría para que no me atraparan
Y estoy aquí y los niños ni vienen a verme.
La cobra: ¡que aburrido!
A nadie impresiono con mi tamaño ¿por qué?
Después de tanta tristeza en el zoológico.
Dice el guardia:… ¡qué aburrido!
Hoy es el día que no está abierto el zoológico,
Es martes ¿O es martes? Y se pusieron a bailar,
porque al día siguiente el zoológico,
estaría lleno de niños ¡qué tontos!
Los Martes No Hay Niños
¡Todo es aburrido sin niños!
(Dedicado a mis nietos Ylse y Issac)
Alicia Pérez Hernández
(No es la pluma la que escribe es el alma)