carminha nieves

EL MONTE E LA VIDA

 

El fuego, sube e baja por los montes, casi inaccesibles, el viento  cambia su dirección, un infierno, con sacrificio los bomberos, el pueblo, como puede intenta, que no llegue a sus casas.  Solo una bendita lluvia puede parar esta hoguera tremenda que todo quema.

Así es la vida, con bajos e altos en sufrimiento, nadie la puede cambiar o parar, solo unas pausas de serenidad, para por un tiempo  respirar e aceptarla.

El destino es inaccesible, es soberano, somos juguetes, con que juega  a su voluntad.

Mata todos nuestros sueños, nos consume  el tiempo, somos monte quemado, donde no hay, vida para sentirnos felicidad.

Por veces, son extraños, que encienden el fuego de la tristeza, ellos no quitan el verdadero sentir de vivir con alegría e paz.

Ya fui un monte verde e lleno de vida. Ahora  una parte esta quemado, En un pedacito  que escapó, vivo. Intento no mirar lo que se fue, llevado por manos sin  pensar en el mal que hicieran.

Si un día, en el futuro, vuelven los arboles, irrumpiendo de la tierra quemada, una cruz tendrá que tener, alta como el pino más grande, quizá para que los pájaros descansen, o el musgo lo haga verde también.

Han pegado fuego, a mi vida, el por qué no sé, con esperanza miro al cielo, buscando nubes, que traigan la bendita lluvia para  sobrevivir  e salvar un poco de lo que queda

 El dolor si fuera físico, una medicina, me lo quitaría, pero es  interior e lastima más que  todo, para curarlo, es casi imposible.

Algo murió, dentro de mí, algo fue tragado por las llamas del  espanto e incredulidad, algo inaccesible a mi inteligencia, llevó para siempre una parte de mi corazón.

Monte quemado, cenizas del pasado, fuego vivo que me rodea, con desprecio, con olvido, con  indiferencia. Algo que nunca he dejado que fuera quemado e se ha volcado contra mi.

Adiós  digo, al monte negro, en que ha quedado una grande parte de mi vida e futuro. En el naco de verde, que ha quedado, tiene sitio para dos, solamente dos. Yo e tú, los  demás lo quemaran con su proprio fuego.

Oporto, 9 de Setiembre de 2012

Carminha Nieves