ivanxxv

El burro y la muerte

 

Luego de la cosecha y cansado de mi suerte,

con mi carga pesada, de la chacra regresaba.

Bajo un sol abrasante,  fuerzas y agua faltaba,

y al cielo imploraba, ¡Venga por Dios la muerte!

 

No tardo en llegar ésta, y al verme casi inerte,

con voz de ultratumba me dijo: ¿me llamaba?

yo no he sido señora, fue mi burro el que hablaba,

y fue tal la patada, ¡Ay qué dolor, qué fuerte!

 

Seguimos avanzando, encima del burro ahora,

Con los huesos rajados, la carga de mangos,

Y el canturrear del viento cual avecilla canora.

 

¡Ah! muerte que nos sigues oculta entre huarangos,

dejad que siga andando, y os pido a usted señora-,

-¡deje de mirar tanto, y cargue usted los mangos!-.