Que haría sin tus besos, sin tus manos,
sin tus labios, sin tus ansias.
Que hare sin tu pelo, sin tus ojos,
sin tu cuerpo, cuando ya no seas mía.
Que hare si te marchas hoy,
mañana en la madrugada o hasta el fin del siglo vida.
Dime, Gabriela dime.
Que hare si me dejas un día,
si abandonas la Argentina, si te vas de mí chiquilla.
Que hare sin tus pecas, tus lunares,
sin tus rozadas mejillas,
sin tus pechos, sin tus ojos como mares.
Que hare Gabriela mía, que hare,
si de pronto despierto un día
y a mi lado ya no estas.
Ni el arrebol de tus pezones, ni lo albo de tus dientes,
ni toditos tus pecados, ni tu risa y suspirar.
Que haría con mi tan inmensa soledad...!
© Armando Cano
10/IX/2012.