PERSONAJE SOBRE ESCENARIO.
( Éste sin escenografía.
Solo una silla.
Personaje sentado en ella.
Sus manos entrelazadas.
Rostro compungido.
Cabeza gacha .Piensa.
Mira al público y levantándose...)
---Tú no tienes la más mínima idea
de lo que yo estoy sufriendo por ti.
Sufro, sí, aunque no me creas.
Siempre me has dicho
que dramatizo las situaciones.
Eres tú la que me impulsa
a dramatizar esto, lo que ambos
estamos viviendo.
Tú con tu soledad,
yo con la mía.
Fuimos el uno para el otro.
Hoy somos una pareja de enamorados,
que estamos distanciados.
Tú decidiste que así fuese.
Y yo, resignado, lo acepté.
Debías irte. Estabas asfixiada,
me dijiste, por la mísera
vida que soportabas
junto a mí.
Nos brindamos al principio,
todo lo que dos amantes
deben tener. Comprensión
y amor, fue para nosotros
lo más importante.
Pero nunca pudiste adaptarte
a las cosas materiales
que podía brindarte.
Fuiste en tu hogar paterno,
una pobre niña
llena de ilusiones.
Viniste a esta gran ciudad,
deslumbrada y fascinada
por su belleza.
Pero solo fue una
belleza visual.
No te diste cuenta, al menos al final,
de la belleza del alma.
La que yo te otorgué,
y que tú aceptaste,
por muy poco tiempo...
Las luces de la ciudad,
el mundanal ruido,
fue tu obsesión,
que te llevó a decirme adiós.
Cansada estabas al irte.
Cansada de la pobreza
material...pero no tuviste
en cuenta la riqueza que dentro
mío existía para tí y por tí.
Te brindé, todo lo que pude.
Más no pude darte.
Trabajaba de noche a día.
De tarde a noche.
Y tú despilfarrabas esos pocos pesos
en locuras de mujer...
Vestirte era más importante
que alimentarte.
Tenías que estar en línea...
como tú decías.
Tú en la cama me enloquecías,
eras una buena amante.
Te brindé pasión todo lo que pude.
Mientras pude. Cuando mi pasión
decayó, buscaste el amor fuera de casa.
El amor... lo tuyo fuera, no fue amor.
Fue deseo...
Y ese deseo te llevó a estar ausente.
A dejarme solo. Y yo... consciente,
lo aceptaba. Porque te amaba.
Tu deseo de sexo y dinero.
¡Y ahora solo estoy!
¡Y tú también sola estás!...
lejos... lejos de mí...
Y yo aquí, recordando un amor que fue...
Tuviste que volver con tus padres.
Porque acá te enfermaste...
Tu mente se enfermó.
Estuviste a punto
de llegar a la locura.
Lo mismo que yo.
Y no quisiste quedarte...
Cometiste una locura en irte.
Y yo la locura de aceptarlo.
Te acepté todo. Hasta tu infidelidad.
Tus noches de salidas nocturnas
con mala gente...
No pude unirme a ustedes...
Ellos, tus amistades morbosas,
no me querían,
y yo tampoco a ellos.
Quise rescatarte, pero no me lo permitiste.
No quiero decirte loca, solo te digo que todo
fue una locura.
Tu comportamiento, y mi aceptación.
Hasta que un día te dije ¡basta!,
y tú hiciste tu valija, y te fuiste...
No me soportabas.
No te soportaba.
Igual te seguía amando,
pero me dí cuenta que
me estabas mintiendo amor,
tu partida, pensándolo bien, fue
lo mejor...
Ahora, el amor que te tenía,
murió.
Seguiré solo, ya nada quiero
saber de ti...
¿cómo en un tiempo se puede
amar tanto, y después...
el rechazo, el olvido?
Dos almas viviendo
un intenso amor...
Pero breve, y después, la separación...
Manoteamos los sentimientos
que en otro tiempo
existió, y después, matamos ese amor...
Y nos quedamos solos, en espera
de otro... otro amor...
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto-11/09/2012)