Hacía un poco de viento, sentada en el coche, miraba como venían contra el para brisas, hojas un poco marrón anunciando que el otoño esta llegando, solo falta el humo de los asadores de castañas con sus carritos en las calles.
¡Que triste es este otoño! Cada día que pasa más sentimos que estamos pobres de horizontes, ahogados en un mar de privaciones, de sacrificios impuestos por alguien que manda. Seguro que no es un dictador, ni el fascismo, mejor la democracia, la libertad de andar gritando por las calles, contra todo e todos, sin finalidad alguna.
Para llegarnos a este punto, antes quería lo “antes,” con la libertad de andar sin miedo por las calles, trabajar para tener el futuro asegurado, poder ir al cine sin olor a palomitas, tener mi butaca numerada.
¡Como era bueno ser libre! Hoy estoy encarcelada, por la noche no se puede salir, si vamos de coche tenemos que trancar las puertas, es peligroso parar en los semáforos, andar sola, llevar una cadenita con una medalla, si es dorada, empezando al día dos haciendo cuentas, antes al final de mes aun sobraban unos cambios.
Todo empeoró, cuando juntaran la modernidad con la “democracia” comida de plástico, ropa sin calidad, un pan cuesta tanto como antes el de todo el día.
Salvadores, del nada, palabras vanas, mentiras, como si ganado fuéramos, nos han dejado invadir los prados verdes ajenos, rompiendo las cercas, dando clases de ballet a niños del campo, piscinas, enseñando no el idioma de su patria, pero ingles, cambiaran el lema “Patria, honor, familia” por “Europa, deshonestidad, huérfanos”, el respecto desapareció, los mayores son basura, la juventud la han metido en un vaso de alcohol e droga. Seguro que ya se olvidaran del holocausto, pues de una manera distinta sin darnos cuenta estamos en otro.
No son campos de concentración, no hay cámaras de gas, no asesinan masivamente, pero con más diplomacia, nos quitan todo. Los jubilados no tienen dinero ni para una residencia, los padres no tienen trabajo, las mujeres son muertas más que nunca por sus compañeros, los impuestos son pagados por los que menos tienen.
¿Adonde están las promesas de libertad, trabajo, mejoría de vida, paz, fraternidad, igualdad? ¿Por qué no dijeran que quedaríamos todos pobres, menos algunos que viven sorbiendo el sudor de quien tanto ha trabajado para poder terminar sus vidas con serenidad e confianza?
¿Los políticos vivirían con doscientos e cuarenta euros por mes? ¿Aun por en cima van a obligar a estos pobres mas dinero para la seguridad social? ¿Que es esto? El mundo esta loco, solo puede ser.
Me pueden llamar reaccionaria, lo que quieran, si me explican, lo que está pasando e el porqué, quizá pida disculpas, depende…
La UE se ha transformado en una colonia penal con inocentes.
Me duele, me corta la respiración, tanta austeridad, impuesta por quien tiene la mesa llena de comida, me duele mucho, de verdad. En la Europa no puede haber un país que manda en todos e impone tantos sacrificios, a sus compañeros en esta farsa que es la UE.
Sin ofensa, sin querer ser experta en la materia, sin inteligencia para comprender, solo pienso que tengo que comprar pan, pagar, luz agua cotizaciones, impuestos, medicinas y casi el aire que respiro.
Quizá este otoño no pueda comprar castañas asadas en los carritos, el dinero no llega, me contentaré mirando el humo, e sorbiendo su agradable olor, puede ser que soñando mientras duermo las pruebe.
Oporto, 10 de Setiembre de 2012
Carmiña Nieves
ES UNA REFLEXION, ES MI REVUELTA, ES LO QUE ME QUEDA.