VISITANDO LA CASA MATERNA
-Mamá, mamaaaaaaaaaaá… Vieja Elvira!!!
-Que fue muchacho loco, falto de respeto, ya hasta llaman a la madre por su nombre, respetá chico, respetá que es la madre tuya
- Pero bueno, vaís a comenzar con la peliaera
-Nada de peliaera, vos tenéis la obligación de pedirme la bendición
-Bendición mamá
-Dios te bendiga mijo, ¿Qué te trae por aquí?
-Tenéis un platico de comía que te sobre, tengo más hambre que un perdío
-Pero bueno mijo, ¿y la mujer tuya no te cocina?
-Es que la veterana ha seguido con sus achaques, vos sabéis como se pone ella cuando el cuerpo se le pone maluco, no quiere ni comer, mucho menos hacer comía
-Aja y tus hijas, es bueno que las metáis en la cocina, la vida no solo es estudiar, también hay que cocinar.
-Vos sabéis como son esas campeonas, no le hacen caso a nadie, ya me tienen ostinao.
- Bueno mijo pasá, pa que comaís estas caraoticas negras que quedaron como a vos te gustan, y las acompañaís con esta yuca que compré ayer en el mercaito del centro, se veían buenas pero salieron más palúas, casi que las boto, pero bueno quedaron comibles por lo menos.
-Bueno servíme y no habléis tanto
-Me alegra verte, aunque esta sea la única forma que teneís para venir a ver a tu madre.
De pronto, un grito en la sala:
-Mamá, mamaaaaaaaaaaá… Vieja Elvira!!! -Tenéis un platico de comía que te sobre, tengo más hambre que un perdío
-Ay Dios mío, ahora si me la compuse yo, ¡¡¡llegó tu hermano!!!
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