Voy a exhumar mis huellas
del jardín de los sueños,
rescatando con ellas
ciertos viejos empeños.
Enterrando las manos
en sus poros pequeños;
excavando en arcanos
latentes misterios…
Como magma licuado
emergiendo hemisferios,
perforando el pasado
enhebrando diseños.
Renovando ideales
disuadiendo despeños
y en las grietas virtuales
resellando imposibles.
De mis años los fósiles
de verdades creíbles,
adherir a mis manos
en estampa visible,
los vestigios humanos
de algún sueño plausible…
Voy a hurgar en la tierra
credenciales perdidas,
desangrando mis huellas
de esperanzas dolidas;
taladrando con sierra
rumbo a veta escondida,
donde late en potencia
energética vida,
de bullente conciencia
erupciona salida.
Voy a arañar su entraña
con pasión aguerrida,
escarbando con saña
donde savia germina,
allí yace la hazaña
enterrada en la ruina.
Esqueléticos sueños
con mirada florida,
en afanes risueños
cauterizan mi herida.
Remecido subsuelo
la esperanza tamiza,
hallo al fin el consuelo
entre tierra rojiza,
hemorrágicas huellas
exudando su rango,
sobre pétreo hallazgo
raspo polvo de estrellas…
Y en la cánula oscura
que el saber profundiza,
implosiona espesura
calcinando tormentos,
en los túneles viejos
desangradas las manos,
pululantes lamentos
en disueltos reflejos,
de temores lejanos…
la ilusión se agudiza;
inspirada y valiente
como marca silente
emergida en los años,
la esperanza desliza
sedimentos extraños,
de una nueva conciencia
humedece mis ansias,
de pasadas visiones
hoy mis manos se estrellan;
resembrando ilusiones
regurgita experiencia.
Mil razones centellan
germinando mis huellas,
en jardín de emociones
florecido de estrellas.