No he venido a olvidar los ojos,
de la noche del sufrimiento eterno,
no es que te olvide en oscuro secreto,
mientra mi alma se funde en el infierno,
no quedan las flores, siempre estoy solo,
sufriendo la ausencia, perfectos recuerdos,
de los días lejanos, días de muertos,
sólo quedan las calles muriendo en silencio,
todos se han ido, todos han muerto.
Algunas voces nocturnas me visitan,
son cosas de viejos, ya pobres y enfermos.
Ya estoy cansado como ave sin viento,
un poemario en una caja,
una foto, la sonrisa, "te quiero",
todos dicen "buenos días abuelo",
¡tantos años! y todavía la quiero.