¡ VIDA MIA !
Verdad eres y de esta no estas separado
como del amor y tu ingeniosa hegemonía
que solo en un extraño y sublime estado
la aprecia el alma que contigo desvaría
ansioso yo, Señor, espero el Santo día
que a tus pies caiga rendido y doblegado
y cese por fin esta terrible y acuciante agonía
que surge de tenerte y no tenerte a mis costados
pió y pió, cual gorrión que han desplumado
y desbocado se apaga en una muda afonía
más que por cansado, por estar desesperado
esperando que llegues y me llenes de alegría
Aun sabiendo el sentido de la vida
aun habiéndome librado del pecado
y aun habiéndome cedido la conquista
solo podré quedar yo recompensado
cuando de verdad te vea, ¡ Vida mía !