Vi una señora cabal una tarde de verano con una tijera en mano caminando al rosedal
aquel jardín rebozante cubierto de hermosas flores entremezclado de olores y de belleza exuberante
los pajaros con su trinar adornaban aquella escena mientras la brisa serena empezaba a acariciar
el sol timido y ameno sus rayos le prestaba mientras la abeja libaba la flor de algún polen bueno
la dama muy presurosa con paso firme y seguro casi medio con apuro se paró frente a la rosa
de un certero tijeretazo a la mas bella cortó con mucho amor la cogió y la colocó en un vaso
con un gesto medio serio a la casa regresó a la flor empaquetó y partió hacia el cementerio
cuando al camposanto arribaba ya habian corrido la losa y en el fondo de la fosa el ataúd descansaba
la mujer apresurada la rosa roja arrojó sobre la tapa quedó y alli quedó sepultada
con tierra negra taparon junto al muerto en su cajón y a la rosa sin opción a muerte la condenaron
ella era vida y belleza lo otro muerte y oscuridad y el hombre sin humildad burló la nataruleza