Franklin Sandi

El Perdón y el Universo

 

 

I.

Miro este planeta azul

que rueda como lágrima limpia.

Más lejos miro el sol

que flamea inconcebibles banderolas de fuego

mientras la polilla de la vida

gira                      

en torno a esa inmensa flama.

Más allá de nuestra galaxia otros planetas.

El planeta Arturo

mil veces más extenso que el sol

me sobrecoge. Mil veces

más imponente que el planeta Arturo

me deslumbra Antares. Silencioso

miro la dimensión humana

trago saliva

parpadeo

y comprendo

por qué somos perdonados setenta veces siete.

 

II.

 

A distancias inimaginables

locas vestidas de luces en expansión furiosa:

las nebulosas.

A tres mil años luz: la Nebulosa de la Hormiga

acumulando

cientos de soles como nuestro sol.

A cinco mil años luz: la Nebulosa del Esquimal

atrapando miles de planetas como Arturo.

A cinco mil quinientos años luz: la Nebulosa del Cisne

salpicando al infinito

miles de planetas como Antares.

A nueve mil años luz: la Nebulosa Trífida

cuna estelar fabricando collares de protoestrellas.

Unas más hermosas que otras

y todas

tan lejanas

que al pensar

se agota el pensamiento y no llega más allá del sol.

Trago nuevamente saliva y vuelvo a comprender

por qué somos perdonados setenta veces siete

mi buen Dios.

Siendo tan pequeñitos

¿a quién le podríamos dañar si no es solo

a nosotros mismos?