"La vida es tribunal sin esperanza/ donde no puedes apelar sentencia./ Por odiarme puedes alegar venganza,/ por amarme… sólo demencia".
Se pararon los segundos y el tiempo dijo al fin,
se posaron los pájaros en el árbol seco de mi jardín,
se levantaron dos amantes e hicieron el amor de pie.
Se detuvieron las olas y el mar se volvió abstracto,
tu mirada y la mía en el punto más exacto
y las nubes del cielo que yo mismo te inventé.
Se pararon los vientos y tu cabello se calmó,
se disiparon los sueños y otro comenzó,
cesaron las historias y dejaron capítulos vacíos.
Se terminaron los poemas y un poeta lloró.
Llegaron a su fin las guerras y la paz llegó,
dejaron de ser secretos tus sentimientos y los míos.
Se rebelaron los santos y dejaron de serlo ante Dios,
se durmió el eco y ya más nunca escuché tu voz,
se pararon los niños para ponerse a jugar...
Ya no hubo más ideas y se blanqueó mi mente,
dejó de rotar la Tierra y ni lo notó la gente,
se pararon mis viejos y se volvieron a acostar.
Se negó a brillar el sol y ya no quiso salir,
como musa de los poetas la luna no quiso seguir
y el alma oscurecida apagó las emociones.
Quisiste volar y se alzaron tus brazos,
desnuda total te vi y cesaron mis pasos
por contemplar la erección de tus pezones.
Hizo un alto en mi vida la inspiración,
dejaron de oírse los latidos de un corazón
y se borró la imagen que me provoca...
La lluvia una tormenta dejó de ser
y también dejaron de llover
mis besos en tu boca.