No paso el singular aroma de las bellas flores
Hoy la mañana fue muy triste, porque no te vi
No hubo flores, ni brisas, ni contornos de colores,
Hoy la mañana fue triste, porque no estabas ahí…
No hubo el encanto esperado, ni la gloria pasajera,
Hoy la mañana fue cualquiera, porque no te pude ver…
No hubo la galanura grandemente esperanzada
Ni la presencia digna del resplandor de la estrella,
No hubo la presencia, de mi dama que esperaba
Ni la esperanza siquiera, de ver de lejos, a la dama bella…
Por ello es que hoy, voy a mi camino taciturno
Sin el fulgor ni la llama en mi escondida mirada,
Por ello aunque de día, voy con tinte nocturno…
Hoy, se fue la pasión desbordante- lo debo decir-
Porque no hubo fuerza que la hiciera aparecer
Hoy se quedaron las flores, con su deseo errante,
Porque no hubo fragancia que las hiciera florecer…
Confieso, que no es la mejor de mis mañanas
Y tal vez hoy, mi corazón no tenga la mejor salud
Pero confieso, que al no disfrutar de tu dulce mirada;
Mi mañana fue muy triste, porque no estuviste tú.
Arturo Domínguez. –Derechos Reservados-