Así en el lomo inhóspito del tiempo animal
vago cabalgando enterrado en dudas,
mojado en lágrimas ajenas,
batiendo alas en demasía aéreas, pero casi olvidadas.
Así, en otros días el odio se forma y se hace lodo entre dedos inconformes;
en menos de un segundo el tribal canto de la superación se concentra en un disparate,
(nos espantamos entonces con una heridita);
para después mojarnos nuevamente en la lluvia cetrina de una virgen austera,
para después consumir el grácil sonido como horrenda comida de antes de ayer,
para dormir, luego soñar, luego morder el dolor con el gusto del hambriento.
Tenemos que reír cuando el llorar es el camino de la convención,
tenemos que sentir cuándo casi todos hemos olvidado el corregir,
tenemos que mirar cuando ya no es normal observar
tenemos que odiar necesitando tanto el amor
tenemos que reunir fuerzas cuando el color se desvanece
(y los arcoíris son recuerdos);
así en el lomo despistado juntemos las manos y sintamos que no estamos muertos
muramos durmiendo y luchando, pues luego vendrá el sueño y la vida será en él...