La voz de las Estrellas.
Anoche hablé con mi estrella, estaba sola en el cielo y su voz retumba en mi recuerdo con sus palabras de consuelo recorriendo mi firmamento, mientras escuchaba sereno aquella voz con talento, sentía a salvo mi alma, mi cuerpo y mis tormentos con todos los momentos que me hirieron al mirar otros cielos.
Me retó a recordar su semblante, aquella voz rutilante que sembró luz en mis cienos y al despertar de mis sueños la escuche templada y suave con la fuerza de los mares y la calma del deshielo, su tono ronroneante a la vez que deslumbrante adormecía los sentidos, hasta los no vividos por encontrarme distante y así, como quien muere un poco, creí volverme loco por la voz que desde el cielo clamaba en mi despojo, emulando a las sirenas de los mares grises, que en la oda de sus viajes llamaban al viejo Ulises.
Aún recuerdo con nostalgia el brillo de mi estrella, la voz de esa doncella y la fuerza de su canto y revivo con encanto su luz como un gran faro que en el océano del cielo alumbra a los mundanos a aquellos que en sus manos sólo cuentan con los miedos, de pasadas turbulencias lavadas con ausencias al compás de otras conciencias por sólo ser humanos y no preciosas estrellas.
Autor.- Rafael Rivas.