Sonreír,
Una vez y otra vez
Hasta reventar de alegría…
Una manera más que loca
De sentir los sueños envueltos
En el conjunto de ilusiones
Que alguna vez,
Allá por la adolescencia
Supimos soñar juntos,
Las anécdotas diversas
Como grandes historias de nuestro
Hermoso pasado,
Pasa de un lado a otro
En cuestión de segundos,
Los abrazos más sinceros
Hoy ya no son cuentos,
Son viejos y queridos compañeros
En aquel bello encuentro.
Así bañados del sudor
De tanto reírnos
De nuestros propios conceptos
De la vida,
Descorchando nuestros problemas cotidianos
En la bebida manera
De querernos,
La felicidad… esa a la nunca se termina
De desprender de mi cuerpo,
Cuando feliz de estar con ustedes
Me envuelve en la locura
De pensar,
Que mi edad no me deja apagar
La luz encandecente en el corazón…
Así como queriendo dejar el paso
El ritmo de la noche que acompaña
Y que mejor que el baile
Devorándonos por las venas,
No hay pena que aguante tanto…
La felicidad y las querencias,
Quien podrá quitarme la felicidad
En mi rostro entero,
No hay vuelo que pueda
Detener el cielo…
Con las manos de seda,
La vida en minutos y sin espera
Uno de los tantos sueños cumplidos…
Nos llena por completo.
Así como tener de vuelta
Aquellos diecisiete años
Después de tenerlos…
Podríamos atrapar cada carcajada
En el aire que nos rodeaba
Un abrigo incalculable a nuestro lado,
Que manera hermosa y sana
De ver las pequeñas cosas
Fuera de lo cruel en lo cotidiano,
Como abrazar tan fuerte
A un nuestro querido hermano,
La amistad más sincera
Sobre el más bello manto sagrado
De querernos abrazar el alma,
Una calma
Tan llena de paz…
La felicidad completa
Desperdicios del mal.
Así el encuentro más feliz
Sobre nuestros locos corazones,
Reflejaron la abundancia
De sonreír y reír al mismo tiempo,
Los momentos más queridos
En el sustento de no dejarlos partir…
El corazón a mil,
La noche que como un misil
Paso volando por mi vida,
La felicidad…
Esa a la nunca se termina,
De enterar cuando me fui…
Christian A. C. Vázquez