Quisiera hoy abrazarte tan tierna y dulcemente,
musitando te amo, como jamás yo amé.
Me gustaría narrarte historias en presente,
pero cargo un pasado, que nunca olvidaré.
Entiendo que lo nuestro surgió tan de repente,
como nacen los sueños que nunca concreté;
permeable y fino amor, fraguado suavemente,
y casi sin notarlo, en sus sendas me adentré.
Si nunca hubo señales, ni cenizas, ni fuego,
tampoco yo palabras, de amor las pronuncié;
entiendo que esperabas todo llegara luego
y yo sin presentirlo, siquiera lo pensé.
Hoy siento tus miradas sedosas como ruego,
quizás desesperadas, urgiéndome a creer.
No estoy enamorada, mi sentimiento es ciego
y aunque tú no lo entiendas, no llegará a nacer…
Será en manos del tiempo que alcanzarás sosiego,
realista entendimiento habrá de florecer.
Si bien yo te he querido, de amarte no reniego;
con un cariño inmenso tal como debe ser.
Al universo entero presento cual testigo,
en un esfuerzo humano, de hacerte comprender;
te quiero con el alma, mi amado buen amigo,
con sentimiento limpio, traslúcido entender…
Y lo que ahora sufres lo sufriré contigo,
logrando los dos juntos, éste dolor vencer.
Permíteme abrazarte suave y calladamente,
hagamos de este instante feliz amanecer;
dejemos hoy de lado, los juegos de la mente
entreguemos al tiempo, lo que hoy no pudo ser.