Antonio B.
Eres
Eres la luz perdida entre la desidia ensombrecida, grotesca, escurridiza y húmeda, secuela funesta que amarra el alma al puerto de mis entrañas, donde solo olas acidas remueven sin gana aquella poca esperanza.
Eres el atisbo de un deseo aun ciego, que refleja el candente fuego cuando ya solo… pasan los días, aire fresco y repentino que me despiertas de la pereza el suspiro, que me sube a la cima donde grito, chillo y me desplomo al vacío.
Con la música de violones comprimiendo mis dedos, ofrezco bolsillos repletos de estrellas, que ahora liberadas iluminan el oscuro camino. Eres el resurgir por el que luchar, por el que vivir, por el que soñar y pedir un sentir.