Se que amanece cada día,
Se que respiro a cada instante,
Se que en cada pestañeo,
Muestro a un ser inquietante.
Saluda a mi alma y vete,
Colapsa mis volátiles sueños,
Entorpece siempre mis deseos,
Yo seguiré luchando, sin miedo.
Aprender lo más preciado,
Es caer de nuevo asustado,
Coraje y valor fundidos,
A la altura de un suspiro.
No puedo quebrar mi sombra,
No pedo adelantar mis pasos,
Solo voy abriendo puertas,
Sin pensar en los fracasos.
Encontrar así lo que busco,
Será difícil si no existe,
Inventando a ciegas milagros,
Veré que esta llama persiste.