Centrando la mirada
en todo lo estático
sin apreciar ni los peligros
ni la estupidez de mis palabras
fatigando los músculos de risa
me veo envuelto en un estado de paz,
paz eléctrica
que desde mis pies
culmina en mis labios
y me dice que están dormidos.
Los sonidos se deshacen más lento
el tiempo es aún más relativo
y mis pensamientos se encuentran
en lo más profundo de la irrelevancia
y solo de pronto
me siento igual que antes