Se ha quedado el polvo suspendido en el aire
a cuestas la niebla barre el universo
-a un cielo detenido en migajas de estrellas,
-desenlace para asesinos ebrios
-botellas quebradas en sus gargantas.
El frío licor de un mañana
asesinado por la vida
a cuestas la muerte
escribiendo más y más poemas.
A un vicio vitalicio
-causante de la enfermedad
de perder el aliento y los sueños
calles vacías-
amargas tétricamente disueltas en el bar
de campamentos en la piel
de quien ya se ahoga
en el trago de la muerte
de un dulce veneno.
Gritando el vacío de palabras mudas
-el sonido suspendido de sus manos
-a un cielo escarchado por las cenizas
-de aquel..., que suele inventarse en el silencio.
Escribiendo una palabra, entre tantas páginas de un libro
Mariposas vuelan, en dirección a la muerte
Mariposas escapan en dirección a un poema
Entre tantas hojas, se dibuja en dirección al vacío.